En el mismísimo centro de esta realidad absurda
vengo a entender que el silencio todo cura.
El engaño, el deseo.
La desilusión, un beso.
Las sonrisas y un buen tinto.
Los golpes que da el destino.
Los amigos y no amigos.
Los sueños descabellados.
Los poemas terminados.
Las palabras nunca dichas.
Los abrazos y el rechazo.
Casualidades o memorias.
El sabor de la victoria.
Mis lagunas y tus ríos.
Las lágrimas y el delirio.
Tu guitarra, mis cuadernos.
El amor siempre fraterno.
Los recuerdos de la infancia.
El olor a tolerancia.
La injusticia, la desdicha.
El dolor y la alegría.
Sé muy bien que todo cambia
que la vida se transforma.
Menos mal que tu mirada
siempre encuentra el camino que retorna.
Qué hermosura de poema... Es una delicia leerte, me encanta tu ritmo y tiempo.
ResponderEliminarLindo día para ti. Saludos!
Hola. Agrega este nuevo bloc, en el otro no me deja operar. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarhttp://clementeginerana.blogspot.com.es/