Todas las estrellas
parecen concidir
en este continente
que es tu cuerpo
y me lanzo a la conquista
de abrazar su destello.
Recorro tu cuello
con sigilosa cautela
para grabar con un beso
mi pertenencia.
Te rindes
a mi escuálida memoria
que sin importarle el murmullo
se reconforta en tu historia.
En ella siempre estuve
es por eso que este amanecer
tiene sentido.
Hogar y ciudad.
A dónde vayas,
mi corazón te seguirá.